CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

martes, 8 de abril de 2014

EDICIÓN IMPRESA. Cuando California fue argentina

Por Cecilia Stepsys (*)


Bochard y la fragata “La Argentina”, en una estampilla de 1980.


De este personaje histórico que voy a contarles, poco se sabe y poco se lo nombra pero durante su lucha por la Independencia consiguió dos logros que creo hasta hoy, muy pocos lo sabían y ahora los lectores de PUNTO SUR se suman a esos privilegiados.

Corría el año 1817, más exactamente el 9 de julio cuando nuestro prócer zarpa de Buenos Aires con su fragata que él mismo había capturado de manos de los realistas (españoles), rebautizándola “Consecuencia” (antes se llamaba Argentina). Su recorrido fue largo: Madagascar, India, Océano Indico, Filipinas, Borneo, Java, Macasar, las Célebres, siempre con la bandera argentina al tope. 

En Macasar venció a cinco navíos malayos en hora y media, el capitán malayo, como era costumbre de la época, al verse vencido se dio dos puñaladas y se arrojo al agua, lo mismo sucedió con los otros capitanes y la tripulación que quedó viva se unió al navío de nuestro prócer.

Durante dos meses, “la Argentina” bloqueo la ciudad Filipina de Luzón, centro del poder español en el Mar de China, hundió 16 barcos, abordo otros 16 y apreso a 4000 realistas. Todo este accionar convirtió a nuestro prócer en un corsario temido. 

En ruta a Oceanía se detuvo en Hawai, donde poco antes el rey Kamela Hela se había apropiado ilegalmente de un barco argentino, el “Chacabuco”.

Nuestro brigadier negoció con el rey y rescato la nave previa indemnización. Y…aquí viene el primero de los logros, el comandante firmo un tratado de unión, amistad y comercio con el soberano isleño y logro que Hawaii reconociera la independencia nacional declarada en 1816, fue el primer Estado que lo hizo. 

Finalmente nuestro comandante se hace a la mar y allá por noviembre de 1818 fondea en la Bahía de Monterrey, California, entonces posesión española.

Nuestro marino, junto a sus subordinados, tripulación de criollos y polinesios, sitiaron la ciudad enemiga. Los realistas por más que cañonearon, no pudieron lograr que retrocedieran y al día siguiente se produjo la rendición de la plaza. 

Inmediatamente un cobrizo guerrero hawaiano arrió la bandera española e izó la celeste y blanca en territorio del que hoy es uno de los países más poderosos del planeta. Esta ocupación duró 6 días, tanto como el saqueo y la reparación de las naves.

El comandante continuó sus viajes por las colonias centroamericanas, poniendo en jaque a cuanto español se le cruzara, apoderándose de San Juan, Acapulco, San Blas y Santa Bárbara. 

Frente a las costas nicaragüenses el combate fue feroz pero los realistas fueron desmembrados completamente y aquí…viene el segundo hecho por el cual debería ser recordado. Tan bravo, feroz luchador, convencido de la causa fue este hombre que por donde pasó dejó su huella, esa huella es que muchas de las banderas de las actuales naciones de Centroamérica tiene ostensiblemente la nuestra como base, pues significó para quienes lucharon por sus respectivas independencias, un homenaje a aquel hombre llamado Hipólito Bouchard, un símbolo nacional olvidado de la lucha contra la opresión colonial, pero respetado y homenajeado a lo largo de toda América Central.


(*) La autora es profesora de Historia


No hay comentarios.:

Publicar un comentario