CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

viernes, 16 de noviembre de 2012

Amaral, la otra furia española

Amaral, la otra furia española



Durante dos horas, la cantante de Zaragoza mechó en el Gran Rex temas conocidos con los de su último CD. Justamente, arrancó a las 21.45 con "Hacia lo salvaje", el simple que le da nombre al más reciente disco del dúo. 

Dueña de una voz potente e impecable, Eva Amaral pasó de su habitual tono grave a los más finos agudos. Juan Aguirre (guitarra y coros), solo cantó un tema, para llenar el espacio dejado por Eva en un descanso. Excelentes también Jaime Garcia Soriano, con guitarras y coros, Toni Toledo (batería) y Chris Taylor (bajo).

Ante un teatro completo a pleno, Amaral hizo un show sin estridencias artísticas: no hubo humo, nadie aterrizó desde el cielo. Pero no hizo falta, ya que la zaragozana desparramó anoche por el escenario su talento enorme con temas de "Hacia lo salvaje" como el señalado, "Esperando el resplandor", "Hoy es el principo del final", a los que alternó con temas del álbum "Pájaros en la cabeza" como "El universo sobre mi", "Días de verano" y "Revolución", que comenzó con un megáfono gritando ese título.

Antes, se había sentado en una escalinata en el extremo izquierdo del escenario para cantar "Robin Hood", y en mitad de la canción se levantó y sorprendió a todos al lanzarse a caminar entre los asistentes, desprejuiciada y respetuosa al mismo tiempo. 

Dedicó "Como un martillo en la pared" a la chica menor de edad apaleada por la policía española durante la manifestación en la huelga del 14 de noviembre en Tarragona. (el 14 N) e intrudujo el tema "Olvido" explicando que lo compuso a la memoria de su madre ("siempre estás conmigo en otra dimensión/lejos del olvido", dice la letra).

Otra cosa buena para destacar: le alcanzaron tirándole al escenario una camiseta argentina, pero Eva solo dijo "muy linda" y la dejó donde apoyaban elementos. Es decir, la española no cayó en el gesto demagógico de tantos (Mick Jagger incluido) que quieren conquistar al público poniéndose la celeste y blanca.

El punto flojo: desconciertos poco profesionales, con charlas entre Aguirre y Soriano o con la misma Eva para determinar el tema que venía o sobre algún detalle técnico. Por ejemplo, antes de iniciar "Robin Hood" ('Si le hubiera dejado/hubiera reventado/la caja fuerte de un banco/creyendo en delirios de Robin Hood', dice un fragmento), Eva justificó la charla entre los guitarristas excusando ante el público: "Están preparando el atraco".

Luego de dos salidas, tras los clásicos pedidos de la gente "una más y no jodemos más", cerró el recital ('Esta sí es la última', suplicó) con "Cuando suba la marea", es decir, tocando la guitarra como cuando empezó.

La gente se fue contenta, muchos comprando "Hacia lo salvaje" en el hall del teatro a 60 pesos, (8 pesos más barato que en "El Ateneo" o "Zivals"), comentando el espectáculo y cantando. 

Porque con su voz, su fuerza y su arte, Amaral ofreció más de lo que el público esperaba y volvió a conquistar con su típica furia española.