CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

lunes, 13 de marzo de 2017

EDICIÓN IMPRESA. A 200 años de la gesta de San Martín, reconocido empresario lanusense revivió el cruce de los Andes

Como las huestes del general San Martín, la expedición del CAME, con el lanusense Pedro Zerbo, atraviesan la cordillera en una travesía de 8 días.


NÉSTOR SIERRA FERNÁNDEZ.

19 de enero de 1817. Para derrotar a los realistas y liberar Chile, el general San Martín, inicia el cruce de la Cordillera de los Andes, al mando de 5200 hombres, en 6 frentes. Parten de la ciudad mendocina de Uspallata, se dirigen a la sanjuanina Los Patos, desde donde uno de los grupos realiza el cruce. Con necesidades. Con 30 grados de calor de día y 10 bajo cero de noche. Con muertes. 

A 200 años. un grupo de 28 expedicionarios pertenecientes a la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), revivieron la epopeya sanmartiniana. Uno de los expedicionarios será, como en 2012 y 2013, el querido integrante de CAME y del Centro Comercial e Industrial de Lanús, Pedro Zerbo. Pasaron extremado frío y calor, como aquel ejército de 1817; también, como San Martín, sufrieron la nieve, y atravesaron la precordillera y la misma cadena montañosa americana a 4700 metros sobre el nivel del mar, algunos a lomo de caballo y otros de burro. Mirar hacia abajo y ver que se está en un precipicio de 1000 metros de altura, como el general y sus hombres, en una expedición que arrancó el 29 de enero y cerró el 5 de febrero de 2017. 

Zerbo no es un iniciado: su nombre y apellido figuran en las placas de las listas de expedicionarios de 2012 y 2013. Pero este, el del duocentésimo aniversario de la gesta sanmartiniana, tuvo emociones especiales, por la experiencia y la geografía. PUNTO SUR lo entrevistó en el Centro Comercial, y revivió la aventura.

Pregunta: -¿Cómo surgió la idea de CAME de revivir la epopeya sanmartiniana del cruce de la Cordillera de los Andes?
Respuesta: -En realidad, desde el 2011 CAME organiza los cruces de los Andes para fortalecer el espíritu empresario, Porque San Martín generó una gran empresa, porque llevar adelante esa epopeya, cruzar los  Andes con una organización perfecta, con 6 puntos de cruce distintos para confundir a los realistas, y concentrar las tropas en un lugar, con una sincronización casi perfecta, es digno de una empresa de primer nivel. CAME pretende que esa visión empresaria, a los que tenemos un tipo de actividad nos permite sentirnos muy fuertes ante la adversidad, como lo que es hacer un cruce de esta magnitud: con inclemencias de todo tipo, pues para el cruce, San Martín tenía problemas económicos, políticos, de organización, tenía adversidades de la naturaleza. 

P: -¿Donde iniciaron el cruce?
R: -Hicimos la travesía que hizo San Martín, se inició en Valle de los Patos, San Juan, y de allí atravesamos lugares verdaderamente difíciles; lo fue para nosotros, ¡lo que habrá sido para el ejército! Eso considerando  que el recorrido es de a uno por fila, no pueden andar dos o tres personas juntas con sus caballos, como se ve en las películas, que van 10, 15, 20  o 100 tipos en forma frontal; es de a uno en hilera, porque los lugares de paso son desfiladeros, que tienen el espacio para que pise  un solo animal. O sea, el caballo o la mula atraviesa la montaña que tiene una pendiente, con un ancho de tan solo 30 centímetros, que es el espacio que pisa el animal. Hay desniveles de 30 grados y otros que son de 70 grados, y uno ve que hay un precipicio realmente considerable y en algunos casos, una profundidad que puede llegar hasta mil metros. Si uno pisa mal, no cuenta más el cuento.

P.- ¿Y estaban resguardados  de alguna forma o se aventaban al peligro?
R: -No, uno está en riesgo constante, depende del animal con el que va, el caballo o la mula. Realmente es una conjunción hombre - animal muy linda. A mí me tocó un caballo que se llamaba Tatita, y realmente un lindo animal que tenía buen porte y una linda dinámica  en el andar si uno lo quería hacer galopar. 

P: -Son animales que ya están habituados a esos lugares, a esa geografía...
R: -Claro. Es más, en la montaña uno le tiene que dejar la iniciativa, que el animal maneje, porque tantea el lugar donde va a pisar. Por ejemplo, cuando bajamos el Peñón del Espinacito, que tiene 4750 metros de altura, o la Bajada de la Honda, con 4300 metros, son muy vertiginosas, muy difíciles, mucha gente que le da miedo, y hay que estar muy atento, pero si uno al animal le cede la iniciativa y lo acompaña, responde perfectamente. 
Cuando el guía ve que la persona no está muy segura, le dice «bájese» y va agarrado de las riendas del animal, adelante, y el caballo detrás, porque seguro que se patina, porque hay tierra y piedra. Por eso el animal es lo más seguro. Pero cuando se va en bajada uno tiene que tirar el cuerpo hacia atrás, y hacia adelante cuando sube, con subidas pronunciadas, para balancearse y no caerse. 

P: -¿Sintió miedo en algún momento? 
R: -No, no. Pasa que yo ya tengo experiencia, pues ya lo hice en tres oportunidades. Tengo el orgullo de que mi nombre y apellido figuran en 3 placas que hay en el límite con Chile, junto al de todos los expedicionarios, en 2012, 2013, y ahora, cuando es mi mayor orgullo, porque coincide con los 200 años del cruce del general San Martín. 

P: -El general San Martín también hizo el cruce en enero.
R: -Se inicia en enero y la culminación de las batallas fue en febrero. Hay días que son emblemáticos. Por ejemplo a todos nos ha generado una emoción enorme cuando llegamos al Peñón del Espinacito. Toda nuestra travesía fue en San Juan. Salimos desde la ciudad de Barreal, chiquita pero hermosa, muy graciosa, y nos llevan, hicimos 90 kilómetros en camionetas 4 por 4, atravesamos ríos,  la precordillera hasta llegar a la Estancia Los Manantiales que es donde están los caballos; para hacer esos 90 kilómetros tardamos 3 horas, porque se va a la velocidad mínima posible porque se va ascendiendo por camino de cornisa, con espacio para una sola camioneta. 

Llegada al Peñón del Espinacito, en plena Cordillera de los Andes, a 4750 msnm.

En Estancia Los Manantiales montamos e iniciamos la travesía; llegamos al Río Los Patos, donde hicimos noche con nuestras carpas,  y al día siguiente, vamos hacia el Peñón del Espinacito; bajamos luego el Peñón y llegamos y hacemos noche en las Vegas de Gallardo, que también le dicen «humedal», que es una zona donde el agua brota desde la montaña y se genera un verdor, una superficie verde de mucha humedad, una hierba de la que los animales se alimentan, dado que hay tanta agua de deshielo. Este punto es parte de la estrategia que tuvo San Martín, además de utilizar el Valle de los Patos y el Valle Hermoso, lugares donde hay mucha agua y mucho pasto, y pueden pastar hasta 10 mil animales. Pero es la parte más difícil de la cordillera, porque si bien hay lugares más fáciles como el cruce de  Come Caballos, en La Rioja, que está más alejado de la zona de Chile donde quería llegar San Martín, pero era para confundir a los realistas. 

Al día siguiente, salimos de las Vegas de Gallardo, pasamos por un puente de tierra, seguimos hasta Patos Sur, allí está el refugio Sardina, que es en la montaña, una construcción hecha de material y techo dos aguas.
De allí nos fuimos a Valle Hermoso, donde acampamos. 

Ya en la quinta jornada, llegamos al hito fronterizo, donde nos encontramos con expedicionarios chilenos y juntos les rendimos homenaje a los generales San Martín y  Bernardo O’Higgins. De ese homenaje participaron el gobernador de San Juan , Sergio Uñac, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich,  y otras autoridades locales. Fue un acto muy emotivo, con mucho fervor patriótico; todos estábamos emocionados. Emociona que hayamos hecho la misma travesía que hizo San Martín. Emociona cuando llegamos al Peñón del Espinacito, una planicie totalmente libre y hay una gran roca, y ese es el peñón.  Fue una sensación única, yo me emocioné hasta las lágrimas. Es muy fuerte, porque es un punto a 4750 metros de altura. Hacer este recorrido justo a 200 años del cruce de San Martín, haber sorteado nevadas, fríos, granizo. Nos emocionó a todos, incluso a los guías, a pesar de hacer este recorrido cuatro veces al año. 

P: -¿Qué mensaje les puede dar a los jóvenes?
R: -Que la vida es esfuerzo, que no es nada fácil. Lo que hizo San Martín fue una epopeya, con las dificultades de la época, sumadas a las climáticas, y el empresario y el comerciante permanentemente vive con la adversidad. Ese seria el mensaje con el cual CAME lleva adelante esta empresa que nos fortalece a todos, porque es tratar de superar todas esas inclemencias, desde las climáticas hasta todas las cotidianas con las que convivimos, como las crisis, la falta de dinero, de ventas, la dificultad de importación y de exportación... En definitiva, lo que es la vida. 

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