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miércoles, 11 de mayo de 2016

EDICIÓN IMPRESA. Discos de estado sólido, lo último para aligerar la PC

Por Luis Álvarez

Hasta no hace mucho tiempo, la forma más utilizada de mejorar el rendimiento nuestra PC era mediante el incremento de la memoria RAM, es decir con el agregado de plaquetas de memoria que lograban acelerar bastante el equipo, o con la incorporación de una placa gráfica aceleradora. Con la aparición de los discos de estado sólido (SSD, por sus siglas en inglés), esto ha cambiado. 

Colocando uno de estos discos en nuestra computadora se logra un rendimiento notable, ya que la velocidad de lectura y escritura de los mismos es diez veces superior a la de los discos rígidos convencionales. Tal es la diferencia que por ejemplo una notebook funciona casi tres veces más rápida con uno de estos discos instalado.

Los discos de estado sólido o unidades de estado sólido son una nueva generación de dispositivos de almacenamiento que no contienen discos ni partes móviles o que se desgasten en su interior. Al contrario de lo que ocurre con los discos duros convencionales, contienen una memoria muy parecida a la que se encuentra en otros dispositivos como los pendrives o las tarjetas de las cámaras digitales.

La diferencia en la velocidad se debe a que los discos rígidos tradicionales están conformados por una serie de platos sobre los que, para escribir la información, se utilizan campos magnéticos. Para acceder a los datos, se utilizan varias cabezas que se encargan de las lecturas y las escrituras. Los discos giran continuamente y si un archivo no contiene sus datos almacenados de manera ordenada y está fragmentado en sectores diferentes las cabezas lectoras realizan varios saltos para conseguir leer toda la información a lo largo del disco y esto hace que se ponga lento. Por esto la defragmentación es necesaria para poner los datos de cada uno de los archivos de forma contigua. Por eso estos discos son muy vulnerables a los movimientos y se dañan fácilmente con los golpes y vibraciones. 

Los SSD almacenan la información en celdas de memoria y poseen varias ventajas con respecto a los discos rígidos convencionales:  al no contener elementos móviles en su interior, son más resistentes ya que soportan caídas, golpes y vibraciones sin estropearse y sin descalibrarse. Además, son más silenciosos. En estas unidades el flujo de datos se mantiene constante. No es necesario desfragmentar. Tienen un peso y tamaño mucho menor. El sistema operativo se enciende de inmediato, y los programas se cargan y se abren en segundos. Consumen menos energía y esto los hace ideales para dispositivos portátiles ya que se incrementa la duración de la batería. Su menor consumo también significa que se desgastan menos debido al calor y por lo tanto su vida útil aumenta.  Optimizan el rendimiento total del equipo ya que Mejoran el funcionamiento de los programas, de los juegos y de cualquier aplicación instalada en ellos.

El único inconveniente que tienen es que todavía son muy caros en relación con los discos duros tradicionales, y las capacidades de almacenamiento son mucho menores por el momento. Adquirir un SSD de mucha capacidad implica un gran gasto, por lo tanto conviene en la actualidad adquirir por ejemplo alguno de 120 o 240 Gigabytes  y usarlo solamente para que cargue el sistema operativo y los programas.

En los equipos de escritorio, lo mejor es instalar el disco duro SSD como unidad principal y dejar al disco duro convencional como disco secundario. De esta manera se conseguirá un verdadero aumento del rendimiento si se instala el sistema operativo y los programas en él. Después, se debe utilizar el Disco duro normal (HDD) secundario o esclavo para almacenar las fotos, vídeos, música, descargas y todo lo que no sean programas. Lo importante es que el SSD no se llene de archivos y que se dedique exclusivamente a sistema operativo y programas, de esta manera la mejoría en el rendimiento y velocidad será enorme.

En una Notebook puede conectarse en lugar de la grabadora de DVD, pero configurándolo como disco primario para instalar Windows y los programas y utilizando el disco duro original como unidad secundaria, para almacenar nuestros archivos, lo que permitirá disponer de más rendimiento y mayor capacidad. Una lectograbadora portátil de DVD puede reemplazar a la interna si es que la necesitamos.

En el caso de netbooks, no queda otra que sustituir el disco convencional por el nuevo. Debido a que los SSD suelen ofrecer bastante menos espacio de almacenamiento que los discos duros convencionales, se deberán pasar primero las fotos y vídeos a un disco externo. Con este cambio una notebook funcionará como un equipo de último modelo.

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