CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

viernes, 8 de marzo de 2013

Odiseas comunes de una pasajera


Se queja: Lucía Taboada.

EDICIÓN IMPRESA. Comienza el calorcito, ¡Qué bien!, nosotras estamos feliiiices, porque nos podemos sacar todo este abrigo que nos hace movernos como astronautas. Convenimos que con temperaturas mas cálidas podemos "aligerar" la ropa y sentirnos mas cómodas, hasta que ...

Esperás el bondi (colectivo, micro). Al verlo venir, de entrada ya da una vena terrible, porque antes de frenar en tu parada, donde por cierto eras la única mujer, el chofer te hace cambio de luces y te mira con cara de depravado...(¡Eggg, qué ascooo!), pero lo dejás pasar... Es un lindo día y no vas a dejar que eso arruine la alegría de volver a ponerte una musculosa con jeans.

En el pasillo hay un aire diferente y pensás... ¡Qué buena primavera! Hasta que adelantado un poco el viaje te empezás a sentir un poco apretada.. Vas para un costado, para el otro, cintura, cadera! que buen ejerciciooo... ¡¡¡Cuidado que frenaaaaa!!! Y ahí está el HDP de atrás tuyo que no tuvo mejor idea que... sin querer, obvio, apoyarte su paquete mortalmente como si tus pompis lo pidieran a gritos! No nos gusta eso, no está bueno, no lo hagan. ¿Para qué tanto fútbol, tanta cintura y jogo bonito si no saben esquivar?

Pasa el momento de bronca y ahi van, los chicos que se bajan en el colegio... los "nenes"... ¡son inosportables! No me interesa escuchar su música grasa que no habla mas que de drogas y sexo. ¡Maduren!

El colectivo es un lugar público y así como no se puede fumar, respeten a los que no quieren escuchar su música.

¡Ah, y por favor! Cuando empieza a hacer calor, comprate un desodorante.  Te aseguro que así te van a dar más bola las chicas; y si no, bajen los brazos o abran las ventanas. Eso se llama solidaridad.

Das vueltas en el parque,  un par más de apoyadas y tu intento de desviar tu cadera, etcétera, etcétera, etcétera, etc.

Al fin llegás al colegio,  se bajan los pubers; ¡qué bien! Entonces ahí se dan cuenta que sos mujer y alguien te da el asiento. Pero ese alguien se siente fascinado con el verano, mariposas en la panza, hormonas revolucionadas, con que al fin vuelven las musculosas y...qué buena vista que va a tener desde arriba...

Quiero decirles algo: nos damos cuenta, y nos desagrada. No es necesario mirar, y menos de esa manera.

Pero de todos estos relatos, el peor de todos es el macho bala; sí, el que se instala en el primer asiento como si fuera una anciana de 90 años, y se hace el dolobu cuando alguien "realmente necesitado" sube al colectivo, o justo le llega un mensaje al celular, o tiene una llamada reee importante o no se dio cuenta.

A propósito, me olvidaba de dos cositas: el que te deja subir antes, solo para tener tus pompis en los ojos... ¡de anteojos! ¡Grasas!

Y el que se tira gases y todos nos tenemos que fumar su olor. ¡Que injusticia!
Así que si leíste esto y sos hombre, sentite tocado, hacé algo, madurá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario