CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

jueves, 6 de diciembre de 2012

Amaral, la otra furia española




(Por Néstor Sierra Fernández). Esa noche otra parte de Buenos Aires mostraba a una pseudocantante que necesita vestirse y peinarse extravagante para que la miren y escuchen. Pero en la avenida Corrientes los españoles de Amaral, con el liderazgo de Eva, la chica potente del apellido que bautizó al grupo, llenó Buenos Aires de voz y arte con esa mezcla rara pero cautivante de rock y protesta con aire ibérico.

Durante dos horas, la cantante de Zaragoza mechó en el Gran Rex temas conocidos con los de su último CD, Hacia lo salvaje, que presentaba esa noche del 15 de noviembre en Latinoamérica. Justamente, arrancó a las 21.45 con el tema que le da nombre a esa última producción.

Dueña de una voz potente e impecable, Eva Amaral pasó de su habitual tono grave a los más finos agudos. Juan Aguirre, el otro integrante del dueto (guitarra y coros), solo cantó un tema, para llenar el espacio dejado por Eva en un descanso. Excelentes también Jaime Garcia Soriano, con guitarras y coros, Toni Toledo (batería) y Chris Taylor (bajo).

 Ante un teatro completo, Amaral hizo un show sin estridencias artísticas: no hubo humo, nadie aterrizó desde el cielo. Pero no hizo falta, ya que la zaragozana desparramó por el escenario su talento enorme con todos los temas de "Hacia lo salvaje",  que alternó con canciones del álbum "Pájaros en la cabeza", como "El universo sobre mi", "Días de verano" y "Revolución", que comenzó con un megáfono gritando ese título.

 Antes, se había sentado en una escalinata en el extremo izquierdo del escenario para cantar “Robin Hood", poesía hermosa llena de acordes biensonantes, y en mitad de la canción se levantó y sorprendió a todos al lanzarse a caminar entre los asistentes, desprejuiciada y respetuosa al mismo tiempo.

 Dedicó "Como un martillo en la pared" a la chica menor de edad apaleada por la policía española durante la manifestación en la huelga del 14 de noviembre en Tarragona (el 14 N) e introdujo el tema "Olvido" explicando que lo compuso a la memoria de su madre ("siempre estás conmigo en una dimensión / lejos del olvido", dice la letra).

 Otra cosa buena para destacar: le alcanzaron tirándole al escenario una camiseta argentina, pero Eva solo dijo "muy linda" y la dejó donde apoyaban elementos. Es decir, la española no cayó en el gesto demagógico de tantos (Mick Jagger incluido) que quieren conquistar al público poniéndose la celeste y blanca.

El punto flojo: desconciertos poco profesionales, con charlas entre Aguirre y Soriano o con la misma Eva para determinar el tema que venía o sobre algún detalle técnico. Por ejemplo, antes de iniciar "Robin Hood" ('Si le hubiera dejado/hubiera reventado/la caja fuerte de un banco/creyendo en delirios de Robin Hood', dice un fragmento), Eva justificó la charla entre los guitarristas excusando ante el público: "Están preparando el atraco".

Luego de dos salidas, tras los clásicos pedidos de la gente "una más y no jodemos más", cerró el recital ('Esta sí es la última', suplicó) con "Cuando suba la marea", un tema bellísimo pero triste, que como pocos muestra y demuestra ese aire casi trágico tan típicamente español, con el estribillo “Ahora sé / que el día que yo me muera / me tumbaré sobre la arena / y que me lleve lejos cuando suba / la marea”.

La gente se fue contenta, muchos comprando "Hacia lo salvaje" en el hall del teatro a 60 pesos, (ocho más barato que en "El Ateneo" o "Zivals"), comentando el espectáculo y cantando.
Fue la primera presentación en América, luego vendrían nuestras Córdoba y La Plata, para después presentarse en Perú y México.

Sin necesidad de vestirse ni pintarse raro, con su voz, su fuerza y su arte, ni más ni menos que con su enorme talento, Amaral ofreció más de lo que su público esperaba y volvió a conquistar a sus fans argentinos con su típica furia española.