CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

lunes, 15 de diciembre de 2014

EL GRITO DE CAMPEÓN SE ACORDÓ DE SU AMIGO DEL ALMA LLAMADO RACING

¡EL PUEBLO VOLVIÓ A GRITAR 
RACING CAMPEÓN!


Sesenta mil personas gritaron "Racing Campeón" anoche en el Cilindro de Avellaneda, en su cancha, como en 1961. Fue campeón después de 13 años de aquel recordado título de Mostaza Merlo, el hombre de la primera estatua, (¿Ahora Milito?, ¿Coca?) La Academia obtuvo su 17º título local y, con la obtención del Torneo Transición 2014, logró el pasaje a la Copa Liberadores de América. Además, ya tenía su puesto en  la Copa Sudamericana. 

El grito salió de Corbatta y Colón, se desparramó por el país, se bifurcó, atravesó América, y además tomó por el Río de la Plata, cruzó el Océano Atlántico, llegó al África, a Europa, a Asia y a cada arrabal del planeta donde latió, late y latirá por mucho tiempo un corazón celeste y blanco, todo a través de internet y las maravillas tecnológicas informáticas de estos tiempos.

Racing le ganó 1 a 0 a Godoy Cruz con un gol en el segundo tiempo en contra tras un cabezazo de Ricardo Centurión. Los albicelestes fueron superiores a los mendocinos durante todo el encuentro. La Academia fue un justo ganador del partido y un justísimo y dignísimo campeón.

En el entretiempo, todos en la platea (este periodista incluido), preguntaban cómo iba River en su partido con Quilmes. Ambos encuentros habían terminado sus primeros períodos 0 a 0 y así, Racing era campeón.

Tras el gol de la Academia a los 5 minutos del segundo tiempo, el canto de las 60 mil almas fue de desahogo. No total, claro, pues Godoy Cruz llegó 3 veces con cierto peligro al arco defendido por el "Chino" Saja. En mitad de esa segunda parte alguien avisó: "gol de River". Como para tener precaución. Pero las excelentes actuaciones abajo de Ivan Pillud y de Cabral, más los aportes de Díaz, le dieron solidez atrás a Racing. 

Luego, Gabriel Hauche (entró en el segundo tiempo por Bou) acompañó a Milito en un contragolpe y recibió el pase y definió, pero el árbitro anuló el tanto por una supuesta posición adelantada. 

Además, Ezequiel Videla volvió a quitar todo y a ser un baluarte del mediocampo, como en casi todo el campeonato. Y adelante, Milito y Bou se las ingeniaban para  desequilibrar.

Tres minutos de descuento parecían tres siglos. El árbitro pidió el balón a Luciano Aued a punto de hacer un tiro libre. Marcó la mitad de la cancha. Y los gritos de la multitud. Los abrazos en las plateas y en las populares. Y el desahogo. Esa hermosa metáfora de la Argentina llamada Racing, obtenía un título.. Otra vez, el grito de campeón se había acordado de ese amigo del alma.





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