CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

jueves, 6 de noviembre de 2014

EDICIÓN IMPRESA. HISTORIA. Ecos de mi tierra

Por la profesora de Historia Cecilia Stepsys.

Como todos los países del mundo tienen sus tradiciones, el nuestro no va ser menos. Celebramos y recordamos el 10 de noviembre a todas aquellas tradiciones que son propias de nuestra tierra y a la cual nos arraigamos y tratamos de mantenerlas vivas, como por ejemplo el mate, el folklore, el gaucho, el asado y otras más que en este momento no vienen a la cabeza, porque la tengo invadida por la imagen del gaucho, personaje entrañable de nuestras Pampas. Si bien acostumbraban a vivir en las llamadas taperas (especie de “casa” hecha con cueros y rezagos de animales) con su mujer la china criolla, en medio de la Pampa o campo según donde se establecieran, nunca les faltaba el mate, que era de cuero, y la bombilla.

En este Día de la Tradición, vamos a dedicarles unas líneas a estos hombres de chiripá, bombacha, botas con nazarenas con rodajas grandes, caballo, doma, yerra,  rebenque, sin olvidarnos del típico poncho, la taba, el facón, el palenque, y de aquellos gauchos salteños con sus  clásicos mandiles que colgaban de sus caballos para que las espinillas no se les incrustaran. 

El gaucho, recibía un nombre según la actividad que realizaba:

-EL PAYADOR: era el gaucho cantor, popular y errante que improvisaba sus versos. Cuando se encuentran dos payadores uno trata de vencer al otro. Es la payada de contrapunto. Figura romántica de nuestro pasado, el payador ha sido fuente de inspiración para un poeta argentino, Rafael Obligado, que puso este nombre a su personaje: Santos Vega. 

-EL BAQUEANO: En su libro «Facundo», nos da Sarmiento a conocer a este personaje. “Es un gaucho grave y reservado que conoce veinte mil leguas cuadradas de llanuras, montañas, bosques. Es el único mapa que lleva un general para dirigir los movimientos de su campaña. Un baqueano encuentra una sendita que hace cruz con el camino que lleva; él sabe a qué aguada remota conduce. Si encuentra mil, el las conoce a todas. El sabe el vado oculto que tiene un rio”.

-EL RASTREADOR: es el gaucho que puede descubrir en una simple huella de personas, animales o vehículos, cosas que nadie a simple vista ve. En nuestro campo fue eficaz auxiliar de la Policía por su asombrosa facilidad para identificar personas desconocidas. El general Lucio V Mansilla, en su libro “Una excursión a los indios ranqueles”, dice que los mejores rastreadores que hay en el país son los riojanos y sanjuaninos.

-EL RESERO: Otro personaje que se ha perdido en los polvorientos caminos de la Patria es el Resero. Así lo llamaban en las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Santa Fe. Era el tropero de Entre Ríos y Corrientes. ¿Cuál era su misión? Apartar las reses y conducir luego la tropa. De reses y de tropas derivan sus nombres. 

-EL DOMADOR: La figura recia del gaucho en lucha pareja con el potro es aun hoy protagonista en nuestras estancias. Antes de efectuar la doma debía atar el potro al palenque, cepillarlo, bañarlo, acariciarlo. Luego hacerle sentir el peso del recado y, finalmente, montarlo. Los corcovos, las corridas desenfrenadas, algún revolcón, son parte de la doma. 

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