Una impresora 3D es la que construye un objeto en tres dimensiones mediante la aplicación de material sólido, como por ejemplo termoplástico, resinas, o metal. El modelo a plasmar se genera mediante programas de diseño 3D por computadora.
Un programa de modelado en 3D envía la información a la impresora y ésta adiciona progresivamente material sólido a altas temperaturas que construye el objeto diseñado.
Para dar un ejemplo de lo anterior, con una impresora 3D podríamos generar una cuchara, una escultura o cualquier otro objeto que podamos imaginar, usando la cantidad estrictamente necesaria de material, y para hacerlo deberemos tener el archivo con el modelo 3D para la impresora.
Los materiales que actualmente pueden utilizarse para ‘imprimir’ son variados y lo cierto es que influyen bastante en el precio de la impresora. Cualquier impresora de bajo costo suele funcionar con termoplásticos. Pero nos encontramos impresoras mucho más costosas en la actualidad, capaces de trabajar con metal, fotopolímeros o resina líquida.
Se han desarrollado también escáneres 3D de diferentes tecnologías que permiten copiar exactamente objetos ya existentes. Un escáner 3D toma muestras de la geometría de un objeto para poder generar un modelo tridimensional del mismo. Luego de obtener el modelo tridimensional la información se envía a la impresora y ésta construye el objeto en plástico, resinas o metal.
VENTAJAS:
Esta tecnología implicará una revolución en la manufactura. Una sola impresora 3D es capaz de realizar infinidad de artículos distintos, lo contrario de la fabricación actual de productos, que se realiza con máquinas específicas cuya función está limitada y si el producto cambia, la máquina también debe readaptarse o cambiarse.
Permite realizar prototipos de productos con facilidad, lo que puede implicar una mejora en el diseño de éstos. Una de las ventajas más atractivas, es la posibilidad de realizar objetos de forma personalizada y exclusiva.
Implica una gran reducción de costos en el proceso de producción y transporte, ya que todo puede realizarse desde casa. Por ejemplo, cualquier persona puede enviarle a otra por mail un archivo con un modelo 3d para que lo pueda imprimir en su casa.
La impresión 3D genera una nueva industria y un nuevo sector que creará nuevos puestos de trabajo, y nuevas formas de negocio. El ejemplo lo tenemos en empresas que crean sus mercados de modelos 3D para que se puedan descargar e imprimir.
Hay aplicaciones múltiples para esta tecnología aún por descubrir. En el campo de la medicina encontramos aplicaciones sorprendentes, como por ejemplo: la creación de prótesis o incluso la impresión de tejidos orgánicos.
Las controversias sobre cuestiones morales, éticas y legales que rodean el bioprinting - "impresión de partes del cuerpo"- recién empiezan.
DESVENTAJAS:
Existirán conflictos debido a la vulneración de los derechos de autor. La réplica de productos con derechos de copia, será difícil de controlar pues los escáneres 3D permiten la duplicación de cualquier objeto. Se extenderá la piratería como ocurrió con la industria audiovisual. Lamentablemente, existe también la posibilidad de crear objetos tales como armas de fuego, y el peligro de generalizar este tipo de artefactos. La primera arma 3D impresa con éxito ya se conoce, pero sus ramificaciones son muy importantes. Hay empresas apareciendo por todo el mundo tratando de vender estas armas.
La elaboración propia de los productos, y la disminución de maquinaria puede conllevar una disminución de puestos de trabajo.
Las impresoras 3D consumen mucha energía. "Cuando derriten plástico con calor o láser, las impresoras 3D consumen alrededor de 50 a 100 veces más energía eléctrica que el tradicional moldeo por inyección empleado para hacer un artículo del mismo peso.
Mientras calientan el plástico e imprimen, emiten 20 mil millones de partículas ultrafinas por minuto y filamentos que emiten hasta 200 mil millones de partículas por minuto. Estas partículas pueden depositarse en los pulmones o el torrente sanguíneo y plantean riesgos para la salud.
La contaminación ambiental es otro de los inconvenientes, ya que las impresoras 3D usan dos tipos de plásticos: el PLA es biodegradable, pero la mayoría utiliza filamentos ABS, que contaminan. Todos los restos de plástico producidos por la impresión van a parar a la basura.
Otro problema será la impresión y distribución de productos no aprobados o diseñados con errores que pueden poner en riesgo la integridad de las personas.
El montaje de compuestos químicos utilizando una impresora 3D es posible.
Es un muy largo camino por recorrer que podría permitirles a los químicos crear muchas drogas.
Con respecto a los objetos que toman contacto con comestibles, se puede imprimir un tenedor o una cuchara en 3D, pero hay plásticos que contienen sustancias contaminantes prohibidas en varios países. Además, muchas impresoras 3D tienen espacios donde las bacterias pueden crecer fácilmente si no se limpian adecuadamente.
Podemos concluir que al día de hoy la impresión 3D no es todavía un fenómeno masivo en el ámbito doméstico, o como mínimo podríamos decir que no ha llegado a convertirse en un objeto cotidiano en el hogar, como sí lo son las impresoras de tinta convencionales, pero en el futuro cercano esta tecnología generará muchos cambios en el proceso de fabricación y distribución de productos y afectará el desarrollo del sistema capitalista.
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