CONCEJO DELIBERANTE DE LANÚS

martes, 8 de abril de 2014

EDICIÓN IMPRESA. Espiritualidad. Afrontar los cambios.

Por Andrea Vartanian.

“Locura es pretender resultados diferentes haciendo siempre lo mismo”. Albert Einstein.

El cambio es necesario. El estancamiento provoca un estado de “comodidad” que no ayuda a progresar en la vida. El cambio disgusta. Lo diferente asusta. Tener una nueva relación, un nuevo trabajo, un reto, tomar una ruta que no es la de siempre, cambiar de casa, de estado civil, cambiar de barrio, etcétera.

Cualquier cambio, incluso positivo, produce incertidumbre, porque implica modificar las circunstancias a las que estamos acostumbrados, y eso genera temor.

Generalmente nos cuesta y aún cuando sabemos que es necesario o que nos irá mucho mejor que en la situación actual, nos acobarda enfrentarlo y lo vamos posponiendo, escondiendo la cabeza como un avestruz. Y en el caso de que nos venga dado, como ocurre con una enfermedad, separación, despido o pérdida, nos aferramos a la negación, queja o culpa; y la ansiedad, temor o depresión que sentimos nos inmoviliza.

Desde pequeños nos enseñan que necesitamos estabilidad, que solo con ella podremos sentirnos tranquilos en la vida.

Estudiamos para tener un trabajo estable con un sueldo estable, tener una casa que en algún momento esté lista y perfecta para sentirnos tranquilos, pero por lo general cuando creemos que llegamos a ese momento algo sucede que se nos desmorona el mundo.

Los planes que teníamos tienen que ser ajustados, nada es como lo habíamos visualizado, y lo más probable es que comencemos a frustrarnos.

Intentamos volver a poner todo en orden, muchas veces de forma inútil. Nos resistimos a la nueva realidad, a los cambios que están sucediendo al costo de la salud de nuestro cuerpo y  hasta que no da más el asunto y no nos queda otra no cedemos.

Todo esto porque nos hemos desconectado del equilibrio natural de las cosas y nos aferramos a la ilusión de la estabilidad, cuando lo único seguro que existe en la vida es el cambio.

Para afrontar el cambio lo ideal es recordar que las dificultades son normales. 

Nos conviene:
-Aceptar un cierto nivel de riesgo en las decisiones. 
-Evaluar con realismo los pros y contras de cada opción. 
-Aprender a apreciar diferentes posibilidades en la resolución de un problema. 
-Pensar que cada opción tendrá cosas buenas y malas. 
-No buscar la solución perfecta sino la más aceptable. 
-Pedir consejo no es una debilidad sino una actitud inteligente. 
-Tomar ejemplo de errores y aciertos ajenos también es una ventaja. 
-Confiar en nosotros mismo aún cuando no siempre acertemos, el ensayo error es una parte del proceso de aprendizaje. 

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