Detectan trastornos del habla en 30% de chicos bonaerenses

La Plata, 10 de marzo (Télam).- El 30% de los niños de entre tres y seis años tiene dificultades con el habla y el lenguaje, según estudio realizado por el Colegio de Fonaudiólogos de La Plata con datos obtenidos en establecimientos educativos y unidades sanitarias de la región. 

De acuerdo con los registros del Programa de Sanidad Escolar (que incluye el trabajo de fonoaudiólogos, pediatras y odontólogos), de 192 niños de primer grado evaluados en cuatro escuelas primarias públicas (seis años), 79 tenían alguna patología fonoaudiológica y de esta población, 63 (un 30% del total) presentaron dificultades articulatorias en el habla. 

"Por su consecuencias en su comunicación y aprendizaje en que derivan es un porcentaje muy alto para una edad tan crítica e importante en un niño”, advirtió el Colegio. 

 Integrantes de la Comisión de Lenguaje de la entidad, recomendaron "consultar a un profesional fonoaudiólogo ante cualquier duda" y explicaron algunas de los trastornos más frecuentes que se registran y cómo detectarlos. 

"El abanico importante de dificultades, de mayor o menor relevancia, que se pueden presentar en niños de estas edades van  desde ausencia del lenguaje hasta un problema de tipo articulatorio", dijeron. 

Según la especialista María Silvia Cesanelli "a los tres años es importante observar cómo se comunica el niño y que haya buena comprensión y también que las frases que organiza tengan todos sus componentes (verbos, sustantivos, adjetivos, nexos)". 

La licenciada Marcela Fernández, también integrante de esa entidad, destacó que las dificultades más frecuentes son “el retraso en la emergencia del habla, muchas veces por falta de estimulación y de entrenamiento en pautas de crianza que tienen que ver con el ambiente en donde el niño se desarrolla, y el retraso fonológico y fonético". 

"Es frecuente que a los cuatro o cinco años continúen dificultades en la articulación correcta de ciertos fonemas (/r, /ch, /s) y la importancia de la derivación antes del colegio primario es que el niño necesita tener una articulación adecuada para adquirir la lectoescritura, puesto que de otra manera, escribe como habla y 
pasa sus errores a la escritura", agregó Cesanelli. 

 También "pueden presentarse deglución atípica, hábitos orales de edades anteriores como el uso de mamadera o chupete que no fueron dejados a tiempo y traen como consecuencia alteraciones en 
las estructuras de la boca con consecuencias en el habla". 

Cesanelli recomendó realizar estudios auditivos para "descartar posibles problemas de audición" y explicó que todos los niños en edad preescolar "necesitan estudio auditivo ya que esta es una causa importante de ausencia o retraso en la adquisición del lenguaje". 

Alertó sobre la posibilidad de que los trastornos del lenguaje "pueden derivar en otro tipo de consecuencias" y dijo que "si un niño tiene dificultades de comunicación o del lenguaje hay consecuencias relacionadas con la imposibilidad de comprender lo que dice el otro o de armar una frase adecuadamente para ser entendido". 

"Algunos niños requieren de un sistema alternativo de comunicación, en caso de trastornos del lenguaje como dispraxias verbales o agnosias auditivas", remarcó. 

"Es muy cierto que resulta gracioso escuchar a un niño que habla mal pero no hay que desconocer que estos desajustes lingüísticos que se prolongan en el tiempo pueden ser una secuencia de dificultades que lo acompañarán al niño en todo su desarrollo y aprendizaje". 

Para la profesional "a medida que ese niño participe cada vez más del medio social que funciona fuera de su hogar, más necesitará hacer uso de su lenguaje para comunicarse con sus pares e integrarse". 

"Los niños que hablan mal, deben soportar seguramente las bromas de sus compañeros, suelen aislarse cada vez más y optan por quedarse callados, es decir, deciden no hablar, no jugar, cambian en su comportamiento y en el rendimiento escolar”, explicó.  

Consideró fundamental que los padres consulten a especialistas cuando detecten algunos de estos signos de alarma, ya que "resulta clave la derivación a un fonoaudiólogo especializado en lenguaje para que este evalúe si las dificultades requieren de tratamiento y estimulación o de pautas a los padres para una estimulación adecuada en la casa".