Imágenes de los bomberos, que aún al día siguiente del incendio de Iron Mountain en Barracas luchaban para combatirlo. |
investigación oficial sobre el incendio en la empresa Iron Mountain
ocurrido en Londres en 2006 indicó que el fuego pudo ser provocado
de forma intencional y reveló serias irregularidades, como la
deshabilitación del sistema principal y alternativo de rociadores
automáticos.
El informe del departamento de bomberos (London Fire
Brigade), al que tuvo acceso Télam, despierta paralelismos y genera
más dudas sobre la seguridad del depósito de esa firma que ardió en
el barrio porteño de Barracas la semana pasada y causó la muerte de
siete bomberos y dos integrantes de Defensa Civil.
Ayer, el secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, dijo
que no se podía "descartar" la posibilidad de que el incendio haya
sido "intencional", en el depósito de Barracas y destacó la labor
de la justicia en la investigación.
El fatal siniestro en Buenos Aires se sumó a una larga lista
que incluye otros siete incendios en el mundo, en los últimos 17
años, de la compañía que se dedica a guardar documentación de
empresas.
Uno de los más importantes fue el que ocurrió el 12 de julio
de 2006 en la zona de Bow, al este de Londres, que según la crónica
de la cadena BBC, provocó llamas de hasta 10 metros que "pudieron
verse en toda la ciudad".
Tras más de dos meses de investigación, la Brigada de
Bomberos de la capital inglesa concluyó que el fuego pudo ser
iniciado "por la participación de una acción humana directa",
provocado de forma intencional a través de una llama.
"No hay evidencias de equipos defectuosos, autocalentamiento
de materiales o actos de la naturaleza", reveló el trabajo rotulado
como "incidente número 120374061", que descartó fallas eléctricas o
causas como cigarrillos, velas y aceites.
La investigación, realizada en base a fotografías, archivos
telefónicos, testimonios y filmaciones de cámaras de seguridad,
entre otros elementos, encontró varias irregularidades en la
seguridad del depósito de una superficie de 11.076 metros
cuadrados.
En ese sentido, indicó que "falló el sistema de rociadores
principal debido a que fue inhabilitado parcialmente antes del
incendio".
El guardia de seguridad que estaba de turno declaró que el
interruptor rojo del sistema eléctrico anti incendios "que
normalmente está en posición de las 6 en punto (encendido), estaba
en el de las 4 en punto (parcialmente apagado)".
El informe incluye una fotografía en la que se observa
claramente que el switch está en posición cercana al "off"
(apagado), lo que fue ratificado por los empleados que declararon
que en ningún momento funcionó la bomba eléctrica que lleva agua a
los rociadores.
Por su parte, el sistema de respaldo, que funcionaba con un
motor diesel, "estuvo deshabilitado en la primera etapa del
desarrollo del incendio".
El guardia de seguridad de Iron Mountain reconoció que fue
entrenado para apagarlo ya que tenía "un historial de activaciones
espontáneas, puesta en marcha y funcionamiento sin ninguna razón
aparente".
Según testimonios, el mal funcionamiento del dispositivo fue
algo común durante los inviernos de 2003 y 2004 y los registros
encontraron que por lo menos ocurrió cinco veces entre el 12 de
marzo de 2004 y el 14 de octubre de 2005.
Para evitar que el motor llene de gases el muelle de carga en
la Cámara Uno del depósito, lugar en el que se originó el incendio,
el personal directamente apagaba el sistema.
Como consecuencia, los rociadores se activaron 2 minutos y 42
segundos después de la primera alarma del detector de humo y, según
manifestaron los primeros bomberos en llegar al lugar, "el agua no
salió a una presión normal".
El fuego se extendió rápidamente a las otras dos cámaras del
depósito "debido a las grandes cantidades de materiales
combustibles", sobre todo papel y cartón, que "no tenían la
protección del agua de los sistemas de rociadores".
Si bien en el caso del siniestro en Londres no hubo víctimas
fatales, cuatro bomberos vivieron una situación de riesgo cuando el
calor y el humo los desorientó, pero finalmente lograron escapar
"agotados y en estado de angustia".
En un informe redactado para inversores, entre los que por lo
menos hasta 2012 estaba el fondo buitre NML Elliot Capital
Management, encabezado por el estadounidense Paul Singer, Iron
Mountain reconoció las conclusiones de la investigación en Londres
pero negó "cualquier responsabilidad en el incendio".(Télam).-
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