La Cámara de Diputados de Buenos Aires conmemoró hoy el centenario del que, para la Argentina, fue el genocidio armenio con una emotiva jornada donde se reivindicó la memoria como herramienta fundamental para terminar con la injusticia.
El genocidio armenio, que Turquía se niega a reconocer como tal, f"ue la primera política de exterminio masivo y sistemático contra una población en el Siglo XX, aplicada por el Imperio Otomano y que dio comienzo el 24 de abril de 1915 con la deportación de la comunidad armenia de las principales ciudades", explica un comunicado de prensa de la diputada Karina Nazabal (FPV), organizadora de la actividad.
El evento contó con la presencia del presidente del bloque del Frente para la Victoria, Fernando Navarro; la vicepresidenta tercera de la Cámara de Diputados, Liliana Denot; la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Fernanda Raverta; el interventor del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) Pedro Mouratian y Juan Kassargian, de la Asociación Cultural Armenia.
Durante su alocución, Nazabal destacó a los ex presidentes Néstor Kirchner y Raúl Alfonsín por su reconocimiento al genocidio armenio, y sostuvo que “quienes estamos acá tenemos nuestro camino marcado por la defensa de los derechos humanos, donde tener memoria sirve para que estos crímenes no se vuelvan a repetir”.
La autora del proyecto argumentó que “buscar la verdad no es una alternativa, porque vivir de la mentira no es la esencia que nos constituye, porque hacer justicia para que nada quede en vano es indispensable para que, quienes pretendan repetir la historia, comprendan que no quedaran impunes”.
Durante la actividad se proyectó un video donde se pudo ver a Lucin Khatcherian, quien con sus 105 años es la única sobreviviente que actualmente vive en nuestro país. Por su parte, alumnos del Colegio Armenio Jrimian de Lanús, realizaron una danza folklórica armenia.
En el cierre de la jornada, todos los presentes colocaron una flor sobre la réplica del Dzidzernagapert, que es el monumento que se encuentra en la ciudad de Yereván y conmemora al millón y medio de victimas del genocidio.
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