El Príncipe festeja su tanto de penal. (Télam)
Pese a que se enfrentaban los dos equipos que surgen como candidatos para clasificarse a octavos de final dentro del grupo no hubo especulaciones desde el arranque hasta el final, ya que ambos salieron en pos de la victoria.
Durante el primer tiempo fue el conjunto peruano el que merodeó con mayores expectativas el área rival, algo que se invirtió en el tramo inicial del segundo tiempo.
Y esto se dio así porque a mano con el ideario futbolero de sus entrenadores, Diego Cocca y el también argentino Daniel Ahmed, sus equipos no saben defenderse de otra manera que con la pelota en su poder, y cuando la poseen, obviamente, la obligación pasa simplemente por atacar.
Por eso tanto el arquero local Diego Penny como su colega Sebastián Saja tuvieron que trabajar a destajo, poniendo de manifiesto que ambos equipos se cambiaron ataque por ataque, constituyéndose el medio campo simplemente en una zona de tránsito rápido y el derredor de las áreas de estacionamiento ofensivo.
Esto derivó en un desarrollo intenso y emotivo, algo poco habitual en Copa Libertadores en general y sobre todo en primera fase, cuando la mayoría especula con "tomar todo" de local y especula con "llevarse algo" de visitante.
Por eso estos 90 minutos fueron una extensión de los que se jugaron en Avellaneda por la fecha anterior y donde los peruanos salieron airosos por 2 a 1. Tanto en un escenario como en otro a las precauciones se las guardaron por convicción más que por necesidad.
Por eso de tanto ir el gol debía llegar por acciones de juego ofensivo y no por un error, como suele ocurrir en partidos cerrados, pero paradójicamente la "Academia" llegó a la apertura por una grosera falla defensiva del uruguayo Renzo Revoredo, que entregó corto a su arquero y permitió el anticipo de su compatriota Carlos Núñez, a quien le cometió foul penal el guardavallas Penny.
Fue entonces hora de que el retornado Diego Milito pusiera sobre el tapete toda su jerarquía para marcar la primera ventaja con un remate lanzado a la derecha del guardavallas local, que se impulsó hacia el otro palo.
Con la mínima diferencia el anfitrión redobló la apuesta ofensiva y obviamente abrió espacios atrás para un Racing inteligente, que no retrocedió sino que por el contrario masificó posiciones en ataque y así tuvo la oportunidad de rematar la faena con un golazo de zurda de Ezequiel Videla, quien convirtió su primer tanto con la camiseta albiceleste al definir de emboquillada sobre el cuerpo de Penny.
Entre un gol y otro transcurrieron 13 minutos, los que fueron desde los 30 a los 43 del segundo período. Ese lapso fatídico para los dueños de casa fue de reivindicación para Racing, que recuperó en Lima lo que se le había escapado en Buenos Aires, y con ello se puso en la frontera de la clasificación a octavos de final.
Los otros dos componentes del grupo, Deportivo Táchira y Guaraní, de Paraguay, se enfrentarán esta noche a las 22 (de Argentina) en Venezuela.
Ahora Racing lidera en soledad con nueve unidades, escoltado por Sporting Cristal con cinco, mientras que Guaraní acumula cuatro y Deportivo Táchira solamente un punto, claro que estos dos últimos con un partido menos jugado. (Télam)
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