Cuando Mary Phelps Jacob nació en Nueva York, en 1891, unos inventores alemanes ya habían creado un "sujeta-seno sin parte inferior".
Jacob contó que le molestaban las varillas que conformaban el armazón porque le apretaban y además se veían por debajo del vestido, así que cortó el corset justo debajo del pecho y lo unió con un par de tirantes.
La versión abreviada del corset era más tolerable que la prenda que aprisionaba la caja torácica provocando más de un desmayo por falta de oxígeno, pero también, más barata, por lo que la economía de guerra la expandió hacia Europa.
Jacob emprendió el negocio con el nombre de Caresse Crosby y tiempo después vendería por 1.500 dólares la patente del sostén a los hermanos Warner Corset Company, quienes recaudarían 15 millones de dólares en 30 años.
Una encuesta reciente en Alemania resultó en que una de cada tres mujeres no usa corpiño porque aprieta y resulta incómodo.. (Télam)
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