Agregó que "si la nave se estrella los pasajeros serán los últimos en enterarse".
En una columna aparecida en un medio partidario, titulada "Estamos a tiempo", Grindetti reconoció que "A todos nos cuesta admitir los errores. Es común en el ser humano sentir vergüenza cuando advierte que se equivocó. Pero no por común, esa característica del comportamiento, debe dejar de ser corregida; porque cuando el error nos lleva a tener más problemas y cuando esos problemas afectan a más gente, reconocer que debemos torcer el rumbo se convierte en una virtud. Y lo contrario, persistir en el error, se convierte en una peligrosa actitud que terminará llevando al obcecado a la decadencia y la denostación".
Comparó esa tozudez con fallas en un avión. Grindetti señaló al respecto que "Si todos los indicadores del tablero de un avión muestran que la nave pierde altura y el piloto lo ignora o sus colaboradores le dicen que el problema no es la pérdida de altura sino el mal funcionamiento de los indicadores y proceden a desconectarlos; lo más probable es que la nave se estrelle. Y si la nave se estrella los últimos en enterarse serán los pasajeros".
"No querer ver, es peor que no ver. Pretender ignorar que la fiebre es un síntoma de una probable infección y romper el termómetro para que nadie se entere nos puede llevar a una septicemia general por no haber ingerido los antibióticos correspondientes", criticó el candidato al gobierno de Cristina Fernández.
"Todo indica que, hace años, vamos camino a tener problemas en el área energética, que el banco central pierde reservas en forma alarmante, que el tipo de cambio no siguió el ritmo de la inflación, que los subsidios a la oferta, (es decir a las empresas) además de injustos, resultaron ineficientes y ya no se pueden sostener, que la inflación tiene un origen estructural y se exacerba por la incontrolada emisión monetaria, que nos hemos alejado de un mundo que nos sirvió la mesa y nos invito a cenar como lo hizo con toda la región latinoamericana.", añadió.
"Eesto y algunos problemas adicionales es lo que muestran los indicadores económicos, políticos y sociales así como los instrumentos del avión indican la pérdida de altura", comparó.
Grindetti finaliza su opinión argumentando, con la analogía entre el gobierno y el avión, que "El piloto tiene que estar tranquilo, confiar en su fuerza y su inteligencia, no preocuparse por tirar culpas a otros, ahora todo depende de él. Tiene que admitir que hay que cambiar, que hay que torcer el rumbo, que se puede, pero que todo eso depende de que los buenos pensamientos, las ideas, las estrategias, y fundamentalmente el amor por los demás pueda superar el odio visceral y la ceguera de espíritu que le lleven a pensar que sus propios errores han sido producto de una mano negra inexistente que nos puso en medio de la tormenta"
"Grandeza es una de los mayores virtudes que tienen que detentar los líderes y si a la grandeza le sumamos visión de futuro, pero de futuro lejano, de aquel horizonte que traspasa nuestra propia vida terrenal, conseguiremos a ese piloto de tormenta que conduzca a la Argentina de hoy hacia una Argentina mejor para nuestros nietos y para toda nuestra descendencia. A eso debemos aspirar, nada mas, pero tampoco nada menos.", finalizó
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