La cifra es coincidente con la cantidad de víctimas mortales
que provocó hasta ahora el siniestro, y una pluralidad de delitos
de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional.
Así lo decidió el juez, Luis Aláez, titular del Juzgado
número 3 de Santiago de Compostela, tras tomarle ayer declaración
durante cerca de dos horas al conductor del convoy ferroviario.
En su relato, el maquinista Francisco José Garzón, de 52 años
de edad, asumió que cometió una falla humana al entrar a 190
kilómetros por hora en una curva limitada a 80 kilómetros por hora.
De acuerdo a lo informado por el Tribunal Superior de Xustiza
de Galicia (TSXG), ninguna de las partes solicitó prisión para
Garzón, al no apreciarse riesgo de fuga ni de destrucción de
pruebas, las dos condiciones que impone la justicia española para
decretar prisión en estos casos.
Así, el juez acordó su libertad provisional sin fianza, pero
el maquinista tendrá que comparecer semanalmente al juzgado que se
le designe. Además, se le prohibió salir del país sin autorización
judicial durante seis meses y se le intervino de forma cautelar la
licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual
plazo.
Aparte del juez y del fiscal del caso, presentes en el
testimonio del maquinista, estuvieron como partes en la causa,
Renfe (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles), Adif
(Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) y dos compañías
aseguradoras.
Las cajas negras del convoy permanecen bajo custodia
policial, a la espera de que en las próximas horas puedan ser
escuchadas bajo la supervisión judicial y con la asistencia técnica
de un perito especialista.
Por otra parte, la Policía también comenzó a tomar
declaración como testigos a los sobrevivientes del descarrilamiento
del tren. (Télam).-
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